Hoy en día se habla mucho sobre encontrar y aprender a usar fuentes alternativas de potencia, distintas a los combustibles fósiles no renovables, como el petróleo. La idea es no quedarnos energéticamente desamparados, en el momento en el que los mismos se agoten. Entre las opciones está el sol (solar), el viento (eólica) y el agua (hidráulica). La última, se ha venido usando desde hace siglos en las represas, y su poder es controlado por medio de los aliviaderos.
Sin embargo, antes de conocer que son y la contribución de dichos elementos, se debe estudiar con cuidado que función cumple una presa. Para empezar, ésta es una construcción humana o animal, realizada en el cauce de un río, con la finalidad de aumentar su nivel.
Propósito de los embalses
Una vez que se dispone del embalse, se utiliza el poder del líquido acumulado para diversos fines:
- En la aplicación moderna: se deja salir a través de túneles con turbinas que, forzadas a moverse con la corriente, generan electricidad.
- En los tiempos antiguos: se tenía un flujo invariable que rotaba el aspa de los molinos donde se pulverizaba el grano de trigo, obteniendo la harina.
- En el caso de los castores: crean un lago artificial para aislar su refugio de los depredadores.
No obstante, aunque estas estructuras, que sirven de cuello de botella, pueden llegar a resistir mucha presión en condiciones normales; las fuertes lluvias o inesperadas inundaciones cambian las cosas. Entonces, las aguas se llevarían todo por delante, si no fuera por el oportuno uso de los aliviaderos.
¿Qué es un aliviadero?
En su concepción sencilla, son agujeros en la pared o asombrosos tubos de desagüe colocados dentro del lago. Así, cuando el fluido alcanza sus límites máximos, simplemente se va de manera lenta y constante, manteniendo represado solo lo que puede tolerar el embalse.
Estos sistemas de control llegan a tener formas especializadas; entre ellas, los largos y escalonados permiten la migración de los peces; disminuyendo la fuerza del cauce al liberarlo, sin causar erosión o peligrosas corrientes. Pero, indudablemente los más impresionantes serían aquellos que, en funcionamiento, se ven cual dramáticos y misteriosos agujeros a las profundidades.