Reparar PS3: que sea virtual no lo hace menos real

General Negocios

Todo jugador sabe que en una partida hay que estar preparado para lo inesperado. Es la agonía de ignorar si al cruzar la esquina te encontrarás con un enemigo o un trofeo. Pero el mayor y más devastador “jefe final” es el daño de tu videoconsola. Para solucionarlo, precisas a alguien que conozca como reparar PS3, el mejor dispositivo y herramienta para derrotar al peor de los oponentes.

Una de las varias ventajas de adquirir una PS3 actualmente es que ya no son la más reciente consola, ese honor la tiene por ahora la PS4. Y esto es justamente lo que le permite tener un balance entre accesibilidad y calidad de los juegos.

Porque es relativamente fácil encontrar una unidad usada pero aun en buen estado, o una “nueva” que al no ser de última tecnología no es tan económicamente inaccesible. Además, los técnicos y reparadores ya están bien familiarizados con los problemas, tanto en hardware como en software, que se pudieran presentar, y cómo solucionarlos. Sin mencionar la gran variedad de juegos disponibles que hay y seguirán saliendo todavía por unos años.

Y si eres un padre buscando un regalo adecuado para su hijo, pero que está a la vez preocupado de que su progenie se vuelva una especie de adicto, déjeme decirle que una videoconsola que no se puede sacar de la casa es más controlable.reparar ps3

No necesitará preocuparse que sus muchachos crucen las calles sin mirar a los lados, podrá estar al tanto de lo que ven en la pantalla y tener oportunidades de mejorar los lazos familiares al compartir con ellos. O aprovechar cuando estén en clases y superar todos sus récords. Esa también es una opción.

“Un lector vive mil vidas antes de morir. Aquel que nunca lee vive solo una.” Estas frases célebres de George R. R. Martin se refieren específicamente a los que leen libros, pero aquellos que pasean por los mundos cuidadosamente elaborados de los videojuegos tienen el mismo mérito.

Un equipo que te permite vivir tantas emociones y “realidades” debe ser enviado a reparar tan pronto como se dañe porque también estás haciendo algo diferente, creando recuerdos llenos de dinamismo y viviendo momentos que la vida normal no permite. De alguna manera, estás siendo libre.